- Guarda siempre el ticket o recibo que nos ha de entregar el comercio por la compra realizada; de ese modo, conservaremos un justificante donde queda detallado el importe, día y hora, y, sobre todo, el establecimiento donde se ha producido la transacción.
- Si nos percatamos del robo o extravío, debemos inmediatamente anular la/s tarjeta/s de crédito, para evitar que se pueda hacer un uso fraudulento de la/s misma/s. Lo más inmediato, proceder a su anulación llamando al número de teléfono facilitado por la entidad bancaria. El número al que podemos acudir para informar sobre el robo o extravío de nuestra tarjeta, suele hallarse en el reverso de la misma. Resulta muy aconsejable anotar este número en la agenda de nuestro Smartphone, siendo el momento más oportuno, al tiempo de recibir la nueva tarjeta.
- No asignes la misma clave para diferentes sitios. Oculta el teclado cuando la marques, no anotes claves en lugares de fácil acceso y, de anotarlas, no conserves la tarjeta cerca de donde guardes la clave.
- De proceder a pagos en lugares públicos, (muy atentos en bares y restaurantes), hay que mantener siempre visible la tarjeta. Esto es, comprueba que cuando la tarjeta se pase por el TPV, se haga bajo tu control.
Hay muchísimos modos y maneras de disminuir las posibilidades de ser objeto de un ilícito causado con nuestra tarjeta de crédito y, por ende, de evitar llevarnos un serio disgusto. Todas las cautelas albergan un denominador común, esto es, hay que poner énfasis en las mismas precauciones que pondríamos en práctica si, en vez de una tarjeta, se tratara de dinero en metálico.